No imagináis la de veces que me han preguntado en la
consulta “Soy escalador. ¿tendré artrosis de mayor?”
Sí. No te engañaré… Casi seguro que sí.
Las articulaciones del cuerpo cuentan con el cartílago que les permite moverse con
suavidad. Este cartílago, entre otras funciones, también protege al hueso de
golpes o sacudidas.
Si bien conforme pasan los años, el propio uso cotidiano de las articulaciones, aumenta el
riesgo de un desgaste progresivo de sus tejidos cartilaginosos, es evidente que
en nuestro modus vivendi o deporte, la escalada, esta perdida gradual viene en muchos
casos acelerado, y obviamente sus consecuencias, como son la creciente rigidez,
limitación de movimiento y destrucción de la articulación, no nos son para nada
extrañas a los fisioterapeutas especializados en lesiones de escalada.
Por ello, en su mayor o menor
medida, si eres escalador, tu actividad provoca esa repercusión y eres más
susceptible de sufrir un trastorno erosivo de la articulación.
Ya mucho más severamente, y quizá más ilustrativo a los efectos de este
bloc, Puedo añadir que sabemos de escaladores, que concentrados durante años escalando
en un claro abuso de vías de lances y dinámicos repetitivos, ese notorio
desgaste del cartílago les llega a niveles de incluso parcial ausencia (o
total) resultando ser causa directa a posteriori, a que sus huesos sean
susceptibles de lesionarse o incluso fisurarse más fácilmente.
En todo caso, y antes de profundizar, debo concretar que la
patología que evalúo
en este post, es concretamente aquella que se produce en el cartílago de las
articulaciones como resultado de un esfuerzo excesivo o realizado de forma
inadecuada reiteradamente, y manifestándose su daño en un desgaste (muy
cercano a lo irreversible) de este cartílago y por ende, de sus inmediatas
consecuencias:
Lo digo porqué (y muy importante) no podemos confundir a pesar
del parecido de sintomatologías que existen entre el daño aquí estudiado (daño tendente
a artrosis, como desgaste o desaparición de cartílago y/o sobrecarga de
articulaciones) con otras patologías distintas (pero de parecida sintomatología
externa) como pueden ser la artritis (inclusive la postraumática) o como pueden
ser también los síntomas derivados de capsulitis, tendinitis o luxaciones y/o
fracturas, etc… que requerirían, evidentemente, de distinto enfoque fisioterapéutico
y/o distintas propuestas de tratamiento de fisioterapia a las aquí a seguido comentadas.
Será siempre prudente pues, ante la manifestación inicial de estos síntomas,
recurrir también a un buen profesional que pueda ofrecer una muy importante correcta
orientación Diagnostica. Procurar una Resonancia Magnetica Nuclear (RMN) serán
un elemento muy valioso para ello, si bien también es cierto que un buen TAC o
una buena RX (precisos) igualmente nos mostrarán un correcto diagnostico.
Cuando debo alarmarme?. Es un síntoma de
alarma, el tener una rigidez (con dolor en las articulaciones) y un sonido
crujiente al mover la articulación. Es también un síntoma de alarma, una
inflamación de la articulación que con el tiempo vemos que conduce a una
deformidad.
Inicialmente estos síntomas pueden ser intermitentes, pero si con el tiempo
y con una debida observación personal, somos conscientes que normalmente, las
mañanas siguientes a un día de escalada, acusamos claramente dolor y
inflamación, no estará de más, acudir a que nos lo valore el profesional.
Respuestas al daño: La respuesta natural del
cuerpo es evidente: Ante un inicio de desgaste de cartílago o su desaparición, como
parte del intento de reparación, se forman restos óseos (osteofitos) en los
bordes de las articulaciones y su consecuente también disminución de espacio
articular. El dolor y la inflamación acompañaran.
La respuesta del escalador lesionado sin embargo es curiosa: Por un lado, observo la del escalador previsor que acude a tratamiento: Lo aplaudo. Por otro lado, la del escalador “sufrido”: Escalador que aprende inicialmente a vivir con la
evolución o fase primaria de la lesion, es decir, aprende a seguir escalando
con inflamación, principios de artrosis, algias y/o inclusive de reumatismo hasta
que una de dos: O la ya preocupante evidencia de algia aguda, el dolor se vuelve
intolerable, con evidentes indicios de deformidad o desgaste de los músculos
circundantes y acude a tratamiento o la del escalador que efectivamente sabe somatizar o “anestesiar”
subjetivamente el dolor llegando o pudiendo incluso escalar, el resto de su
vida con sus consecuencias de rigidez y posible surgida fragilidad del hueso de la articulación, pero sin dolor.
En esta respuesta inicialmente tolerada por el escalador, o cuando la
patología no recibe tratamiento, o si el tratamiento se inicia muy tarde,
puede ocurrir que en estadios finales se haya causado una completa degeneración
de la articulación. En estos casos, si los tratamientos conservadores (no
quirúrgicos) no alivian el dolor o si la articulación y su movilidad están limitadas, puede
llegar a ser necesaria inclusive, una intervención quirúrgica.
La operación, resultará en la
mayoría de los escaladores, una difícil solución a asumir, pues en ningún caso
nos asegurará la posibilidad de continuidad de nuestra actividad, si bien
favorablemente permitirá, recuperar una limitación de la movilidad sufrida y/o minorar
el dolor que de una manera u otra, impedía ya parcial o totalmente su quehacer
cotidiano. Debo no obstante, reconocer que conozco escaladores que (mundo fanatismo)
escalan con rigideces, anquilosamientos y prótesis increíbles.
PREVENCIÓN. De todo ello,
llegamos a la conclusión que los escaladores que ya tenéis articulaciones
previamente dañadas, o aquellos que habéis
tenido problemas anteriores de lesiones en esas articulaciones, es
importante prever o dedicarse un tratamiento Preventivo, para que esta
inflamación, daño o lesión no derive o involucione a una patología crónica, que
a la larga os haga necesariamente amigos
inseparables de los antiinflamatorios, químicos farmacéuticos y en el peor de
los casos quirófano.
Según el caso y actitud de cada escalador, se desprende pues el recomendar dos
tipos de tratamiento distintos: Uno, y primero: Ante una señal inicial, que podríamos definir (más que de
curación) como un tratamiento meramente preventivo y de esperanza en que solo
sea un breve episodio de nuestra vida escalatoria, (muy indicado también para
aquellos escaladores que saben que no abandonaran en años sus proyectos) con un
tratamientos pautado a largo plazo , periódico, claramente encauzado a una relajación
muscular y mejora del flujo sanguíneo en
las zonas específicas, y progresivo enriquecimiento muscular de las zonas
adyacentes, para fortalecer y ayudar, globalmente, toda la estructura
articular.
Y un segundo, paliativo crónico, para aquellos que ya habéis, con los años
y fanatismo, llegado casi al estado de una artrosis crónica o osteoartritis
secundaria, etc. y que en definitiva, (mal me pese decir-lo) habéis aprendido
a escalar con los dedos "butifarrones" y ya sin cartílago!
TRATAMIENTO. A modo pues solo de
referencia, indico algunas apreciaciones o consejos: el tratamiento requiere que se aplique con profundo
conocimiento de la etiología o causa del daño. Sorprende ver aun hoy día, por ejemplo, tratamientos a pacientes con
inflamaciones (afectados de artritis y no de artrosis) con presiones y extraños
estiramientos totalmente desafortunados. En todo caso, en fases de crisis o fases
iniciales (agudas) de la lesión, no podemos descartar recurrir a
antiinflamatorios, calmantes o incluso en casos severos, recurrir puntualmente
a infiltraciones: No obstante, hay que tomar consciencia que ello puede llevar a un mero
autoengaño, y, ante la desaparición aparente del dolor (que no de la lesión)
esto desemboque en una lesión crónica. Por eso, mi apunte en insistir que lo
mejor es un buen tratamiento a largo plazo y periódico con criterio Preventivo.
En fisioterapia específica, la
Termoterapia, la iontoforesis y los ultrasonidos me han resultado
particularmente eficaces en el alivio de dolor. La electroterapia y potenciación
muscular en la recuperación de limitación de movilidad y atrofia, y la cinesiterapia,
son sin duda alguna, un elemento esencial para trabajar la deformidad articular
siendo a la vez, la magnetoterapia sigue siendo hoy por hoy, uno de los
tratamientos más efectivos en la regeneración.
No entro a valorar en este articulo los casos de artroplastia (remplazo de
articulaciones) o aplicaciones de “factores de crecimiento” dado que estoy
acotando mi artículo a escaladores con lesiones que con el tiempo podrían
desembocar en artrosis y su prevención.
El Quiromasaje, y masaje de los
músculos alrededor de la articulación afectada, puede aliviar eficazmente el
dolor y la rigidez de la artrosis. Es preciso, no obstante, ir con cuidado
cerca de aquellas articulaciones con inflamación aguda. Asimismo, un masaje
corporal general y/o adyacente, puede ayudar a aliviar la tensión y dolores en
otras partes cercanas del cuerpo, activando el flujo sanguíneo.
La Acupuntura resulta
principalmente efectiva ( y sumamente eficaz en dedos y codos) en verdad, en
todas las articulaciones pequeñas. Su buena práctica, apunta a mover los líquidos
estancados y promover la circulación de la energía y la sangre en aquellos
puntos en donde hay dolor, que generalmente
se debe a un bloqueo. El resultado será una reducción de la inflamación,
un alivio duradero del dolor y mejora de la movilidad. El tratamiento es
particularmente efectivo si se inicia en los primeros estadios o a modo
preventivo (de manera periódica y regular) nos alargará muy sanamente la vida
de nuestras articulaciones. Afortunadamente son muchos los escaladores que en
los últimos años están tomando ya consciencia de ello.
El Yoga ofrece suaves asanas,
relajación, y relajación permitiendo a las articulaciones moverse trabajando
sobre las estructuras de los tejidos blandos de alrededor. Se ha mostrado
claramente eficaz en afectaciones de cartílagos y articulaciones de rodilla,
cuello y caderas. Por ende, su trabajo continuado nos aportara ese plus
intrínseco de firmeza, fuerza, flexibilidad y elasticidad, que de seguro nos
vendrán bien en nuestras escaladas.
Terapia nutricional. Una buena orientación
en nuestras dietas nos llevará a una buena alimentación preventiva: Eexisten realmente, algunos nutrientes que sirven e
intervienen de manera específica a la metabolización,
formación y/o regeneración del cartílago y de los huesos y su mantenimiento
saludable, ellos son las proteínas,
ciertas vitaminas (esenciales D y C), minerales y
oligoelementos como el silicio y el magnesio, además del calcio y el fósforo.
Los minerales,
de hecho, tienen un papel muy relevante, cada uno con una función específica en
el metabolismo óseo y articular, lo cual refleja también su importancia, lo significativo
por ello, es saber cómo debemos consumirlos.
6 comentarios:
No sabía que desde la medicina se aplaudieran las pseudociencias como la acupuntura. Desde una metodología científica (ya sabes: grupos de control, muestra suficiente, diferencias significativas y todas esas cosas) no se han encontrado pruebas de que sirva para algo (más allá del placebo). Si pudieras citar algún artículo que avalara esa conclusión, lo agradeceríamos.
Gracias por el post!
http://www.escepticos.es/book/export/html/3109
Anónimo Esceptico. No pretendo hacer tratados y clases universitarias en este bloc.
La cosa es más simple, jejeje: si sufriendo una lesión como la referida (lesionado en los dedos) y quieres escalar este fin de semana, ven, te tratamos con acupuntura, y fijo que en poco nos vemos por ahi en la roca escalando un 6b.
Si prefieres tratamiento convencional con ultrasonidos y/o laser o demás, también te lo hacemos... Pero Vivir, convivir y tratar entre escaladores fanaticos a lo largo de muchos años, me sirve lo suficiente para saber como y donde optimizar. Un sincero abrazo y gracias por comentar.
Me parece muy bueno el artículo y que aporta bastante luz sobre el tema
No sé si podrías comentar algo acerca de las fases agudas de la artrosis en las que hay más dolor y como por alguna razón llega un momento cuando se producen los osteofitos y la deformación a veces desaparece ese dolor
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