Estábamos los dos allí escalando, yo allí, a pie de via, y mi maestro aun en la reunión , supongo que despejando el rappel. Había sido una verdadera lástima tener que abandonar la vía, pero la fuerte lluvia nos había sorprendió fuertemente y no nos dio a escoger. Era imposible resguardarse y la lluvia y el frío empezaban a hacer mella en mi.
No sé cuanto rato estuve sola esperando a mi compañero, pero fue el suficiente para saber que en ese lugar, algo o alguien más estaba mirándonos, acompañándonos, oyéndonos.
Asustada. Muy asustada me giré de golpe y escudriñe.
Hasta ese mismo momento no habías sido consciente que el lugar dónde nos encontrábamos escalando era “un fin del mundo”, un lugar sombrío a causa de los tupidos árboles, oscuro, solitario y fuertemente emboscado… Un sexto sentido erizó mi piel alertándome que detrás de esa ultima curva que se percibía del estrecho camino, algo me observaba. Alguien me estaba espiando.
Los truenos y el viento empezaron a resonar con mas fuerza y temí que por un rato, no podría oír a mi compañero. Afortunadamente, las cuerdas empezaron a moverse señal inequívoca que allí arriba, desde la reunión, mi compañero empezaba a bajar….
De pronto un hombre muy grande y corpulento apareció detrás de mi, en el camino.
Su vestimenta era oscura. Más oscura de lo normal a causa de la lluvia. Pantalones negros y forro verde cazador. Cabeza rapada y mochila sospechosa haciendo juego con sus negras botas. Me deba miedo. Daba miedo.
Una señal tensa en su frente lo diferenciaba de un hombre normal. Alrededor del hombre, la lluvia seguía cayendo con fuerza y los truenos y niebla parecían acompañarlo.
Estaba claro que esa iba a ser mi ultima visión viva! Ese Sádico iba a por mi… me iba a matar. A lo menos, … alguien, dentro de unos años encontraría de mi solo partes de alguno de mis huesos sádicamente rotos.
Mi verdugo se planto a escasos 8 metros de mi… se quedó mirándome, silencioso… y empezó a sacar su enrome cuchillo de la mochila…
Detrás de mi, inesperadamente, dándome otro susto de muerte (por si aun no estaba lo suficientemente muerta de miedo) mi compañero aun colgando del “ocho” Saludó
Holaaa!
Mi verdugo me miró, miró a mi compañero que justo acababa de tocar suelo y sonrió …
“Hola” dijo, Y cuando terminó de sacar su enorme cuchillo en forma de “solo mapa” de la mochila, preguntó:
Hola, ¿sabéis donde estamos? Me he perdido
Aaaaaaah… y resulta que allí mismo conocí al Sr. Eyo …Uno de los mas tiernos montañeros que han aparecido últimamente en nuestra convivencia de montaña….
No sé cuanto rato estuve sola esperando a mi compañero, pero fue el suficiente para saber que en ese lugar, algo o alguien más estaba mirándonos, acompañándonos, oyéndonos.
Asustada. Muy asustada me giré de golpe y escudriñe.
Hasta ese mismo momento no habías sido consciente que el lugar dónde nos encontrábamos escalando era “un fin del mundo”, un lugar sombrío a causa de los tupidos árboles, oscuro, solitario y fuertemente emboscado… Un sexto sentido erizó mi piel alertándome que detrás de esa ultima curva que se percibía del estrecho camino, algo me observaba. Alguien me estaba espiando.
Los truenos y el viento empezaron a resonar con mas fuerza y temí que por un rato, no podría oír a mi compañero. Afortunadamente, las cuerdas empezaron a moverse señal inequívoca que allí arriba, desde la reunión, mi compañero empezaba a bajar….
De pronto un hombre muy grande y corpulento apareció detrás de mi, en el camino.
Su vestimenta era oscura. Más oscura de lo normal a causa de la lluvia. Pantalones negros y forro verde cazador. Cabeza rapada y mochila sospechosa haciendo juego con sus negras botas. Me deba miedo. Daba miedo.
Una señal tensa en su frente lo diferenciaba de un hombre normal. Alrededor del hombre, la lluvia seguía cayendo con fuerza y los truenos y niebla parecían acompañarlo.
Estaba claro que esa iba a ser mi ultima visión viva! Ese Sádico iba a por mi… me iba a matar. A lo menos, … alguien, dentro de unos años encontraría de mi solo partes de alguno de mis huesos sádicamente rotos.
Mi verdugo se planto a escasos 8 metros de mi… se quedó mirándome, silencioso… y empezó a sacar su enrome cuchillo de la mochila…
Detrás de mi, inesperadamente, dándome otro susto de muerte (por si aun no estaba lo suficientemente muerta de miedo) mi compañero aun colgando del “ocho” Saludó
Holaaa!
Mi verdugo me miró, miró a mi compañero que justo acababa de tocar suelo y sonrió …
“Hola” dijo, Y cuando terminó de sacar su enorme cuchillo en forma de “solo mapa” de la mochila, preguntó:
Hola, ¿sabéis donde estamos? Me he perdido
Aaaaaaah… y resulta que allí mismo conocí al Sr. Eyo …Uno de los mas tiernos montañeros que han aparecido últimamente en nuestra convivencia de montaña….
4 comentarios:
Pero bueno,
Al final ¿os lo comisteis o no?
joer, quina tensió!!! jajajajaja
Por supuesto fernando , no dejamos ni las uñas.jo jojojo.
un saludo!
si Marieta, si, ultimament no tenso tendons ni en pintura però vaig de stres en stres... jejej
ptonet!
Woooo! Jajajaj! Diuen que la major part de les pors, sofriments i trastorns psicològics dels sers humans, son reaccions exagerades e innecessàries que poden ser objecte d’una simple percepció significativa… ...Amsssss i que un cop superades... ajuden impressionantment a créixer!
... PERÒ TOT HI AIXÍ!,... M’encanta que no tinguis por de viure amb mi! Smuak!... i segueixis essent la meua petita valenta! ... Juaaaaaa!
QUO ...Fent cara de “susto”! BUUUUUUUUUUUH!, (per espantar!!!) jajajajja
Publicar un comentario